Uber ofrece una plataforma mediante la cual los clientes encuentran conductores que les trasladen de un lugar a otro, y la empresa se lleva una comisión por cada viaje. Esta filosofía de negocio reventó el mercado y Uber comenzó una escalada de facturación millonaria que la transformó de ser un proyecto alternativo a convertirse en uno de los negocios con más proyección de Silicon Valley. Pero… ¿qué sucede cuando tu rival no tiene ninguna inquietud económica? Esta es la apuesta de Libre Taxi, un proyecto que simplemente ofrece el servicio de vehículo con conductor sin ningún ánimo de lucro.
El servicio ha sido creado por Roman Pushkin, un programador de San Francisco que se encontró con un problema al solicitar un Uber: sus conductores no daban servicio en zonas rurales, así que pensó en crear un servicio que cubriera esta carencia. La reflexión fue la semilla que dio vida a Libre Taxi, un servicio muy similar a Uber, pero en el que la plataforma no gana un duro. Su creador explica el alcance en una extensa entrevista concedida a Bitcoinist y en la que quedan claras las hondas diferencias entre ambos servicios.
Los chóferes de Libre Taxi solo aceptan metálico y previsiblemente se podrá pagar mediante Bitcoins
La principal es que al no haber ánimo de lucro, a priori, el servicio resultará más económico para el usuario. La segunda no menos importante para los clientes es que los chóferes de Libre Taxi solo aceptan metálico y previsiblemente se podrá pagar mediante Bitcoins o a través de Telegram, la conocida aplicación de mensajería. Otra importante característica de Libre Taxi es que toda la programación se ha efectuado sobre Telegram, y de hecho, Libre Taxi no es, en la actualidad, sino un bot de la app de mensajería.
En este servicio además, cada usuario podrá negociar las carreras con el conductor antes de contratar sus servicios, y además, cualquiera puede ser un conductor en unos pocos minutos tal y como explica su creador en la web del servicio: “No hay procesos de aprobación ni restricciones de vehículos: cualquiera puede ganar dinero como conductor en un minuto”. Con estos mimbres uno puede esperarse cualquier cosa a la hora de recibir al taxi porque no hay comprobación previa, algo que reconoce su creador: “Si llega un chófer con un coche reluciente y de categoría, tienes suerte, pero si es eso lo que esperas, LibreTaxi no va de eso, sino del transporte económico”.
Con el móvil en la mano e intentando pedir un primer Libre Taxi descubrimos lo pesado del proceso: hay que olvidarse de un par de toques en el móvil sino que la petición se efectúa mediante un diálogo en Telegram con el bot, y son varias las preguntas a las que hay que responder. Concluido este proceso, el sistema nos presenta los chóferes disponibles (ninguno en nuestra zona) y tras seleccionar uno, comenzaría la negociación del precio. Es posible que la reflexión ronde ya su cabeza: si Uber ha tenido infinidad de problemas, ¿qué sucederá con Libre Taxi y su sistema de cero regulaciones? ¿Acabará siendo prohibido? “Yo creo que los propios taxistas acabarán encantados con la app”, explica Pushkin a EL PAÍS, y lo hace insistiendo en que LibreTaxi no tiene ánimo de lucro sino que pone en contacto clientes y conductores. “Creo que todos se pueden beneficiar de ella”, sentencia.