Los hallazgos de estos científicos tienen que ver con el mecanismo del crecimiento del cabello. En experimentos en ratones, el equipo ha observado que los linfocitos T reguladores (Treg), un tipo de célula inmune generalmente asociada con el control de la inflamación, también promueven el crecimiento del cabello sano. En ausencia de los Treg, las células madre no pueden generar los folículos pilosos, lo que lleva a la calvicie.
Michael Rosenblum, director de la investigación, explica que nuestros folículos pilosos se reciclan de manera constante. "Cuando un pelo cae, la totalidad del folículo piloso tiene que crecer de nuevo. Y si bien, tal y como se pensaba, se trata de un proceso completamente dependiente de las células madre, parece que los Treg son absolutamente esenciales. Si desactivas este tipo de célula inmunitaria, el pelo simplemente deja de crecer", explica.
La investigación sugiere que los defectos en las células T reguladoras podrían ser responsables de la alopecia areata, un trastorno autoinmue que causa la pérdida de pelo, así como la calvicie de patrón masculino y otras formas de alopecia. La mayoría de las células T residen en los ganglios linfáticos, como otras células inmunes, pero han evolucionado para ayudar con las funciones metabólicas locales.
Rosenblun quería entender mejor el papel de estas células inmunes para la salud de la piel, y para ello su equipo desarrolló una técnica para eliminar los Treg en modelos de ratón. Al afeitar el pelo de los roedores para analizar su piel, pudieron observar que el pelaje no volvía a crecer, lo que les llevó a estudiar este fenómeno.
Sus resultados revelaron que los Treg tienen una extrecha relación con las células madre que residen dentro de los folículos pilosos y les permiten regenerarse. También pudieron observar que sin estas células la regeneración del cabello queda bloqueada.
Los científicos consideran que estos hallazgos podrían ayudar a prevenir la calvicie y regenerar el pelo mediante tratamientos que estimulen la actividad de los Treg.
