Las alarmas saltaron al comprobar que, pese a bajar el consumo de cigarrillos, las tasas de este tipo de tumor seguían aumentando. Lo hacían de forma opuesta a otras variantes del cáncer asociado al consumo de tabaco, de capa caída debido a las sucesivas campañas antitabaco puestas en marcha en distintos países.
Al buscar al principal culpable del aumento de los adenocarcinomas, dieron con él: los cigarrillos light. Este tipo de tabaco viene con filtro microperforado para mejorar la circulación del aire en su interior. Según los científicos, por algún motivo esta estructura hace que la combustión del tabaco sea más cancerígena.
Esta clase de producto comenzó a venderse cuando se contrastó científicamente la relación entre el consumo de tabaco y el cáncer, hace ya varias décadas. La alarma en la industria hizo que se promoviesen campañas publicitarias para impulsar el consumo de otros productos vistos como más saludables por el público.
Años
después, el tabaco de sabor suave ha sido prohibido en algunos países.
Su imagen se asocia ya a varias enfermedades pulmonares particularmente
peligrosas, no sólo varios tipos de tumores sino obstrucciones
pulmonares que pueden acabar provocando la muerte.
España
es uno de los países en los que más se ha avanzado en la lucha contra
el tabaquismo. El consumo ha caído considerablemente desde que se aprobó
la llamada Ley Antitabaco, aunque también tiene algo que ver la
coincidencia con la crisis económica y la subida de impuestos.