Estas redes en malla, de las que conocemos tan poco pero tanto prometen, tienen multitud de usos. Por ejemplo, podemos formar una red en malla para tener una aplicación de mensajería que funcione sin Internet. Y proyectos como Anify van más allá, prometiéndonos extender nuestra red WiFi gracias a estas redes en malla.
¿Cómo funciona una red WiFI normal y corriente?
En una red WiFi convencional, todos nuestros dispositivos están conectados a un único punto de acceso. En la mayoría de casos es un router inalámbrico o con cable, aunque también puede ser un punto de acceso o un switch. Y todo lo que usa Internet se conecta a través de ese único punto, que les da conexión a todos.
El móvil se conecta directo al router, al igual que el ordenador, la televisión o la consola. Es un modelo centralizado. Y todos estos dispositivos se hablan entre ellos usando ese punto de acceso como nexo común. Para que tus dos ordenadores hablen entre sí, primero se encuentran en la red local que forma tu punto de acceso.
¿Cómo funciona una red en malla?
Con el WiFi en malla, sin embargo, exploramos la idea de descentralizar esa conexión. En vez de depender sólo de un punto de acceso, estamos abriendo la puerta a que los dispositivos se conecten entre ellos. Es decir, cogemos ese modelo centralizado en el que nos conectamos a la infraestructura de red, y le sumamos la posibilidad de que los dispositivos hablen entre sí constantemente.
En tu casa ya ocurre algo parecido, tus dispositivos pueden usar ese punto de acceso como nexo para comunicarse entre ellos. Pero ahora estaríamos hablando de que se conecten entre ellos sin intermediarios. En vez de usar un punto común para hablar entre todos, establecen y mantienen una comunicación directa.
Anify: ampliando redes WiFi creando redes en malla
Con todo esto en mente, lo que quiere conseguir Anify es simple: extender las redes WiFi que ya existen usando redes en malla. Para ello quiere utilizar nuestro smartphone, un dispositivo que llevamos siempre con nosotros. Y la idea es que podamos conectarnos entre smartphones para conseguir acceso a redes WiFi fuera de nuestro alcance.
Por ejemplo, podemos imaginar un caso en el que una red WiFi llega bien a dos smartphones, pero otros tres no consiguen tener conexión por estar demasiado lejos. Todos estos teléfonos se podrían conectar entre sí creando una red en malla, y los dos teléfonos que tienen conexión harían posible que los otros tres tuvieran acceso a la red.
Sólo tenemos que imaginarnos una red llena de dispositivos conectados para ver sus ventajas. La más evidente es poder extender redes WiFi todo lo que la red en malla permita. Sin depender del router original ni comprar puntos de acceso. Anify también afirma que la red en malla maneja mejor la congestión de la red, permitiendo que más usuarios se conecten a una red WiFI al mismo tiempo.
Y todo es tan sencillo como instalar una aplicación en nuestro smartphone con Android (tanto iOS como Windows llegarán en un futuro). Es más complicado que eso, claro está: su éxito depende de que la gente comience a utilizarlo. Y también genera ciertas dudas, como el consumo de batería o la seguridad de nuestros datos. Pero la idea es buena, y puede que el futuro de las redes pase por esta clase de sistemas.