Basada en Arch, cuenta con varias versiones. Algunas de ellas son desarrolladas por la comunidad como spinoff de las principales. Al igual que ocurre con Ubuntu o Mint, los distintos sabores de Manjaro Linux la pueden convertir en una distribución ligera o en otra más completa según tus necesidades.
Cuenta con varios entornos de escritorio, aunque los principales con KDE, GNOME y XFCE. A esos tres se le añaden otros, como Cinnamon, LXDE o LXQT. En general, es una de las más versátiles y con capacidad para llegar a todos los públicos dentro de esta variada y exigente comunidad. Nosotros hemos elegido XFCE, disponible gratis junto con las demás en su web oficial.
Si te estás planteando pasarte a esta distro, vamos a ver qué tiene que ofrecer Manjaro Linux en esta review completa. Es una de las que habrá que vigilar a lo largo de 2017.
Interfaz atractiva y colorida no apta para todos los públicos
Lo
primero que llama la atención nada más instalar Manjaro es su interfaz.
Independientemente del entorno de escritorio que utilices, es muy
atractiva, al menos para la mayoría de los usuarios.
El
colorido y los iconos redondeados son su seña de identidad, lo primero
que merece una opinión positiva. No obstante, es una identidad muy
marcada que puede no agradar a los que busquen una interfaz más
conservadora. Por supuesto, el aspecto se puede modificar fácilmente desde los ajustes, aunque sería a costa de sacrificar lo mejor que tiene Manjaro Linux, en nuestra opinión.
Quizás
se puede criticar una ligera sobrecarga de elementos gráficos, nada que
ver con la sencillez de otras distribuciones como Debian. Además, pese a
dar relevancia a los acabados, hay un aspecto que no podemos pasar por
alto.
En
esta versión de Linux las ventanas suelen agruparse en una sola,
incluso si son sólo dos. Así, si abres dos ventanas de Chrome tendrás
que hacer dos clicks para acceder a una de ellas. Es muy incómodo e
innecesario.
Se echa de menos un Centro de Software
Las distribuciones de Linux, incluso las más ligeras y básicas, han mejorado mucho en cuanto a gestión de software. Algunas ya incluyen sus tiendas de aplicaciones en las que puedes conseguir programas gratis y de forma gráfica.
Otras lo gestionan todo a través de paquetes, como hemos podido comprobar en este análisis de Manjaro Linux. El gestor de paquetes es el conocido como Pac-Man, y es parecido al que encontramos en Debian, el mítico Synaptic.
En
este caso tienes que buscar entre los repositorios para encontrar el
programa que buscas. Si está, basta con marcarlo y pulsar sobre el botón
de Instalar. Si no, tendrás que tirar de un clásico: la terminal.
Para los usuarios menos expertos en este mundillo Linux, puede asustar bastante. Es paradójico que con su interfaz quiera atraer a los novatos mientras que con la instalación de software corra el riesgo de espantarlos.
A
estas alturas se hace difícil de comprender que una distribución que
aspira a liderar el ranking de las más descargadas no tenga una appstore como la de Ubuntu o la de Mint.
Además, los paquetes .deb tienes que instalarlos con el comando dpkg -i en la consola de comandos, un incordio para aquellos que no están acostumbrados, aunque para los que sí pueda parecer algo totalmente obvio y normal.
En cuanto a software preinstalado y actualizaciones, todo va bien, o casi. LibreOffice, GIMP o Firefox están presentes, y también Steam, pero ojo: de entrada no funciona. Un conflicto con las librerías del sistema hace que no se ejecute cuando lo quieres hacer.
Por
su parte el gestor de actualizaciones es bastante sencillo y rápido.
Sólo tienes que marcar las que quieres descargar e instalar y pulsar
sobre aplicar. En este sentido no es demasiado distinto de la
competencia, o así lo hemos detectado en la review de Manjaro Linux 17.
Distribución ligera de Linux, pero no tanto como otras
Del apartado de rendimiento es del que peor parado sale Manjaro Linux XFCE en su comparativa con otras distribuciones como Xubuntu o Debian. No sólo es más pesada y lenta sino que es más inestable, como ya barruntábamos cuando vimos la comparativa de consumo de RAM entre las distintas distros ligeras.
De entrada, tarda bastante más en ejecutar aplicaciones, especialmente cuando se utilizan varias de ellas simultáneamente. Aunque a veces el rendimiento del sistema puede parecer excelente, acto seguido se viene abajo hasta ralentizarse demasiado.
Por eso se hace complicado utilizar Manjaro como distribución para trabajar o de productividad en un ordenador modesto. En este caso hemos utilizado un Toshiba Satellite Pro L660-16E bastante obsoleto, con un procesador Intel Core i3-370M y 4GB de RAM DDR3. Quizás no es lo mejor del mercado, pero en él otras distros ligeras de Linux funcionan mucho mejor.
El
consumo de RAM es más alto, y eso significa que prácticamente debes
olvidarte de los juegos si no tienes un buen PC. En comparación con
Budgie, también sale muy mal parado.
Podríamos
pasar por alto esta circunstancia si todo lo demás fuera como la seda,
pero no es así. Vale, el WiFi funciona a la perfección en la tarjeta de
red Realtek con la que hemos probado este SO, pero no así Ethernet.
No es un problema exclusivo de Manjaro pero a veces resulta imposible que se reconozca la conexión cableada. En otras distribuciones no ocurre lo mismo con los drivers de este componente.
Manjaro Linux, para fans de su estética con ciertos conocimientos
Los fans de su estética y los que vengan de Arch o manejen esta base a la perfección puede que se lleven las manos a la cabeza con este análisis de Manjaro Linux 17 XFCE. Es cierto que puede llegar a ser muy buena distro, pero sus limitaciones la sitúan por detrás de otras opciones.
Un
ejemplo es el peor rendimiento que Budgie, Ubuntu y otras
distribuciones con escritorio XFCE, por no mencionar las que equipan
LXDE. Si tienes un buen ordenador puede que no lo hayas notado, pero así
es.
También hace falta un cursillo avanzado para manejar Pac-Man, útil si lo sabes hacer pero un lío si no. Una vez más, no soporta la comparativa con otras versiones de Linux destinadas a usuarios más inexpertos.
Nuestra opinión sobre Manjaro Linux 17 y su rendimiento es que se queda a medio camino entre el funcionamiento y rendimiento de Arch y la estética de Ubuntu o Mint. Sigue creciendo según la web especializada Distrowatch, pero parece poco probable que desbanque a Mint hasta que no haga frente a los mencionados problemas.