Aunque la SIM virtual o eSIM cuenta con muchas ventajas respecto a la tarjeta SIM tradicional, su uso todavía no se ha extendido hasta nuestros terminales, y de acuerdo a los últimos datos ofrecidos por IHS Market no llegará a nuestros móviles hasta el 2018.
Se trata de una tecnología con mucho potencial para facilitar la conexión a las redes móviles pero, aunque se presentó allá por el año 2013, su implementación se ha ido retrasando debido a la carencia de un conjunto de especificaciones adecuado para el consumidor. En la actualidad son muy pocos los dispositivos que la incorporan, por ejemplo algunas variantes del iPad Pro o el smartwatch Samsung Gear S2.
La GSMA, organización internacional que agrupa a las operadoras y fabricantes de telecomunicaciones de todo el mundo, ha estado trabajando durante años para incluir la SIM virtual en nuestros dispositivos, y por fin en 2016 aprobó el primer estándar de eSIM para tablets y wearables. La aprobación del segundo estándar, que es el que afecta a los smartphones, se espera para finales de este año, por lo que los primeros pasos se llevarán a cabo en 2018 y no será hasta 2019 cuando los fabricantes incorporarán la SIM virtual en sus dispositivos de manera generalizada.
Los esfuerzos de Microsoft, Intel y Qualcomm también están siendo de ayuda para impulsar la implantación de la eSIM. Las tres compañías se han asociado para desarrollar una nueva generación de PCs con soporte para la SIM virtual. Sin ir más lejos, los de Redmond confirmaron a finales del año pasado que Windows 10 será compatible con este nuevo formato, que además incluirá soporte para 5G, y permitirá que el usuario contrate o modifique su tarifa de datos directamente desde el escritorio.
Por si no tienes claro el concepto, SIM significa Subscriber Identity Module o Módulo de Identificación del Suscriptor en español, y fue introducida en 1991. Se trata de una tarjeta de plástico con diferentes dimensiones según su tipo que se introduce en un dispositivo y que reúne toda la información de la línea de teléfono, con los datos identificativos y las claves necesarias para que el operador pueda identificar los servicios contratados y efectuar la facturación.
La eSIM es la evolución de la SIM tradicional. Esta tecnología permite integrar toda la información de la tarjeta física en el procesador o en el módem de los dispositivos.
Por ejemplo, en el caso de Intel la SIM virtual será compatible con su
módem XMMTM 7260 y el XMM 7360, y Qualcomm incorpora la tecnología en el
procesador Snapdragon 835.
Además, los aparatos que estén equipados con ranura SIM tradicional
podrán utilizar un adaptador para pasarse a la eSIM, así que no hay de
qué preocuparse.
Otra de las ventajas del nuevo formato es que no hay que solicitar una nueva tarjeta con los cambios de compañía.
Gracias a la especificación Remote SIM Provisioning (RSP) de la GSMA es
posible almacenar y adoptar diversos perfiles o cuentas, de forma que
cambiar de operador será más sencillo y no habrá necesidad de visitar
una tienda física.
Pero aquí no acaban las ventajas de la eSIM. La
desaparición de la SIM tradicional permitirá miniaturizar todavía más
los teléfonos móviles, tablets, relojes inteligentes y otros
dispositivos, ya que podrán deshacerse de la ranura para la tarjeta.
Ya falta menos para que podamos comprobar por experiencia propia los beneficios de la SIM virtual.
Los analistas prevén que las SIMs extraíbles no serán eliminadas de la
noche a la mañana, sino que el cambio será gradual, pasando de los 5.400
millones de envíos en 2018 a los 5.100 millones en 2021. Ahora solo nos
queda esperar.