Después de la oleada de ransomware de Petya que se ha producido pasado tan solo poco más de un mes desde el ataque de WannaCry, Microsoft se ha visto obligada a ponerse las pilas en materia de seguridad para garantizar la integridad de los equipos de los usuarios.
Hace unos días, la compañía norteamericana decidía presentar importantes cambios en materia de seguridad que llegarán en septiembre con la próxima actualización de Windows 10: Fall Creators Update. Aunque las mejoras mostradas no están relacionadas directamente con los recientes ataques de ransomware,
con este movimiento la corporación quería demostrar su implicación para
garantizar la protección de los ordenadores de los consumidores.
Ahora, los de Redmond han avanzado un paso más y publicado una nueva
beta de la próxima versión de Windows 10 que incluye una nueva función de seguridad específicamente pensada para proteger los datos de los usuarios contra el ransomware.
Según explica la compañía en una entrada de su blog oficial, la nueva
característica estará integrada en el antivirus Windows Defender y
permite proteger los datos más valiosos de aplicaciones y amenazas como
el ransomware.
Los usuarios podrán activar la nueva función de una forma muy sencilla desde el Centro de Seguridad de Windows Defender. Una
vez habilitada, el antivirus monitorizará todos los cambios que llevan a
cabo las aplicaciones en ciertas carpetas protegidas seleccionadas por
el administrador. En caso de que un programa no autorizado previamente
intente efectuar una modificación en estos ficheros, la app pasará a la
lista negra y se mostrará una alerta al usuario.
Mediante esta estrategia, Windows impedirá que los datos considerados más valiosos por los consumidores queden protegidos en carpetas inalterables.
Además de esta función, con la actualización también llegarán otras
mejoras para Windows Defender, como Application Guard o la protección
contra exploits.