La feroz lucha contra el cáncer se lleva a cabo en muchos frentes
diferentes. Aún desconocemos muchas cosas sobre los mecanismos de
desarrollo y propagación de los diferentes cánceres, así como la forma
en que nuestro cuerpo se enfrenta a ellos.
Desde hace años se sabe
que las bacterias que viven en nuestro cuerpo, la fauna bacteriana,
están implicadas en el proceso de propagación del cáncer, especialmente
en el estómago. Por primera vez, los científicos han estudiado las bacterías asociadas al cáncer de mama, y los resultados han sido muy relevantes.
Investigadores
de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, han analizado la
composición bacteriana en tejidos sanos femeninos y en aquellos que
padecen cáncer de mama. Han descubierto que los tejidos sanos tienen una mayor concentración de la bacteria Methylobacterium, que vive habitualmente en el cuerpo humano, en lo que se conoce como microbioma.
¿Por qué hay una menor presencia de esta bacteria en los tejidos afectados con un cáncer de pecho?
¿La enfermedad ahuyenta o mata a este tipo de bacterias, o al
contrario, una mayor presencia protege contra el cáncer de mama? Los
científicos aún no tienen la respuesta, pero este descubrimiento es una
noticia importante en lo que se refiere a la prevención del cáncer de mama. El objetivo es poder detectar el desarrollo de un tumor incluso antes
de que se produzca, simplemente analizando las bacterias o el microbioma
de la zona.
Durante el estudio no solo se ha detectado una menor presencia de la bacteria Methylobacterium en los tejidos con cáncer de mama. En los análisis de orina también se refleja una mayor presencia de otras bacterias, como los Estafilococos y los Actinomyces.
Por tanto, parece que el cáncer de mama aumenta o disminuye cierto tipo de bacterias que habitan en nuestro cuerpo, y se da en todos los pacientes que han participado en el estudio. El descubrimiento de un patrón es lo que podría permitir prevenir e incluso pronosticar la enfermedad en sus primeras fases, o antes de que aparezca.