Los datos personales son la moneda de curso legal (e ilegal) de Internet. Una información privada que está a punto de ser ampliada con el rasgo que más nos define: el reconocimiento facial.
Tienen nuestros datos personales, nuestras costumbres, nuestros hábitos de consumo, nuestros contactos, nuestra huella, nuestros datos médicos. Y ahora también, nuestro rostro. ¿Qué nos queda?
Nos negamos a asumir las implicaciones, pero existen. Estos dias hemos descubierto que la publicidad de la popular web pornográfica PornHub ha sido hackeada, exponiendo a los ciberdelincuentes los hábitos íntimos de millones de usuarios. Esta información posiblemente será vendida a terceros y quizá, dentro de un año, podrías ser rechazado de un empleo porque tu has entregado tu impecable currículo, pero lo que la empresa ha estado analizando es tu firma en Internet, en donde se especifica que te gusta ver porno de forma compulsiva...
También hemos visto que cualquiera puede ver con quien hablas, y a la hora que te acuestas por culpa de un fallo de WhatsApp. De nuevo, en el futuro quizá seas rechazado en un puesto de trabajo porque la empresa ha descubierto que te gusta trasnochar, o te tiras todo el día chateando en horas de trabajo.
¿Exceso de imaginación? ¿Paranoia? La realidad casi siempre supera a la ficción...
Mientras, OnePlus ha sido pillada recopilando datos de uso de apps, horarios, desbloqueo del móvil, redes WiFi... y asociándolos a tu número de móvil, lo que destruye el anonimato. Un anonimato que vuelve a estar en entredicho debido a los peligros del reconocimiento facial y la inteligencia artificial.
Lo más preocupante no es solo la gravedad de estas violaciones de la privacidad. PornHub, WhatsApp, OnePlus no asumirán ninguna responsabilidad, más allá de un "lo siento". Como mucho recibirán una multa, insignificante para los cientos de millones que ganan al año. Estas noticias tampoco estarán entre las más leídas. Muchos las consideran aburridas.
Nuestra privacidad está siendo constantemente violada en Internet, pero a nadie le importa. Hasta que se pierden empleos, se rompen matrimonios y amistades, o incluso se pierden vidas. Una persona se suicidó cuando la web de citas Ashley Madison fue hackeada, las citas sexuales se colgaron en una web, y su esposa se enteró de su infidelidad.
El reconocimiento facial y la inteligencia artificial añaden más tensión a la ya imposible relación entre nuestra privacidad e Internet.
Cuando uno de los mayores visionarios de nuestro tiempo, Elon Musk, asegura estar aterrado por la inteligencia artificial, es el momento de comenzar a preocuparnos. Aunque Mark Zuckerberg diga que no hay para tanto...
Reconocimiento facial, ese viejo conocido
Apple presentó hace unas semanas Face ID, su nuevo sistema de reconocimiento facial que se estrena en el iPhone X. Como catalizador tecnológico que es, Apple ayudará a extender esta tecnología. Fabricantes rivales como la propia Samsung ya usa el escáner de iris en el Samsung Galaxy S8 y Samsung Galaxy S8 Plus, y otras marcas han anunciado que incluirán reconocimiento facial en Android.
Apple será su principal impulsor, pero otras compañías como Google o Facebook llevan años usando el reconocimiento facial y la inteligencia artificial en las fotografías y los selfies, para catalogar fotos.
Snapchat adquirió hace un tiempo la start-up ucraniana Looksery, experta en reconocimiento facial. Ha integrado en algunos de sus filtros esta tecnología para hacer lo mismo que Face ID con los animojis: insertar objetos virtuales en los vídeos en tiempo real:
Gracioso y, a priori, inocente, aunque para llevarlo a cabo Snapchat tenga que usar un mapa 3D de nuestro rostro...
Facebook lleva desde 2013 desarrollando su tecnología de reconocimiento facial DeepFace. Presume de que es igual de precisa que el cerebro humano: ante dos fotos desde cualquier ángulo, es capaz de decir si pertenecen a la misma persona con una precisión del 97.25%. El cerebro humano acierta el 97.53% de las veces. Facebook usa DeepFace para identificar rostros en nuestras fotos y etiquetarlos en nuestros álbumes.
Emplea una red neuronal basada en la inteligencia artificial. Esta red neuronal usa una base de datos de millones de fotos para crear una red de datos que conecta miles de neuronas. Cuando analiza una foto va comparando rasgos con información que hay en cada neurona, y en función de que coinicida o no se mueve por distintos enlaces de la red neural, hasta que la IA identifica (o no) la foto. Como más fotos analiza, más rápido funciona y genera menos fallos. Aprende, en definitiva.
Tesco instaló hace tiempo tecnologia de reconocimiento facial en las cámaras de seguridad de más de 500 tiendas en Estados Unidos, con el objetivo de identificar la edad y el género de sus compradores.
Existe una compañía llamada Face Fist que desarrolla software de reconocimiento facial para tiendas. Identifica a los buenos clientes para que tengan un buen recibimiento, y a lo más problématicos, para tenerlos vigilados... Se utiliza en casinos, bancos, e incluso estadios deportivos. Presume de haber analizado más de 350 millones de rostros, y haber reconocido más de 159.000 personas... Otras, como Vigilant Solutions, se han especializado en seguridad.
Churchix es un software utilizado en iglesias para registrar qué feligreses acuden a los oficios, aunque también se usa en comercios.
En Singapur, el servicio de transporte público quiere implantar el pago con reconocimiento facial, evitando así el uso de tarjetas o billetes de metro. Asegura que identifica a 60 personas por minuto, frente a las 40 personas por minuto que permite el pago con tarjeta, lo que aceleraría el tránsito de pasajeros.
FindFace, fomentando el acoso
Uno de los usos más escandalosos del reconocimiento facial es el servicio ruso FindFace.
FindFace encuentras cuentas de la red social VK.com a partir de una foto. Y no se corta a la hora de publicitarse como un servicio para ligar. Haces una foto a una chica guapa por la calle, y con FindFace encuentras su cuenta de VK.com, para que puedas contactar con ella. En Rusia VK.com tiene 55 millones de usuarios, y allí casi todo el mundo tiene una cuenta.
Kaspersky estuvo probando FindFace, y descubrió que funciona el 90% de las veces con fotos de frente, y entre un 30 y un 40% con fotos furtivas. El fotógrafo Egor Tsvetkov llevó a cabo hace unos meses un proyecto llamado Tu cara es Big Data. Fotografió a personas en el metro y consiguió localizar 24 perfiles de VK.com usando FindFace. A partir de una simple foto anónima obtuvo datos como su nombre, amigos, aficiones, comidas favoritas, y otra información personal. Aquí podemos ver algunas, con la foto tomada en el metro, a la izquierda, y el perfil de VK.com localizado por medio de FindFace:
Es un servicio legal porque solo busca identidades a través de las fotos del perfil de VK.com, que son públicas. Pero que tengas una foto de perfil no significa que cualquiera pueda fotografiarte por la calle para luego contactar contigo online. Muchas personas mantienen su identidad online separada de su vida real, y con servicios como FindFace esta separación se ha destruido sin su consentimiento.
Prostitutas con título universitario
Hace unos meses Social Data Hub llevó a cabo un experimento, utilizando exclusivamente información pública. Recopiló fotos de 27.856 mujeres y 1.387 hombres que ejercían la prostitución en Rusia, y utilizó su propio software de reconocimiento facial para buscar en las redes sociales. Así descubrió cuántos de ellos tenían título universitario, y clasificó las universidades de Moscú según el número de graduados que ejercen la prostitución. El estudio pretendía escandalizar, pero es un buen ejemplo de lo sencillo que resulta robar la identidad a partir de una foto anónima.
Apple apuesta por el reconocimiento facial
Con el iPhone X, el lector de huellas desaparece para ser sustituido por Face ID.
Face ID funciona gracias a un sofisticado hardware que incluye una cámara infrarroja y sensores de proximidad y luz ambiental.
Un proyector dibuja un mapa de 30.000 puntos en nuestra cara, invisible para nuestros ojos, que se utiliza para identificarnos. La cámara infrarroja permite leer nuestro rostro incluso en la oscuridad.
El algoritmo de inteligencia artificial de Face ID realiza un escáner 3D de nuestra faz y aprende a distinguirla desde distintas posiciones, incluso si llevamos gafas, sombrero, o nos dejamos barba. Apple nos lo vende como un triunfo, pero otra forma de verlo es que no hay forma de esconderse...