Un nuevo estudio realizado en más de 1000 trabajadores de oficina de Estados Unidos revela que el 99 por ciento de los encuestados admite haber realizado al menos una acción de seguridad potencialmente peligrosa. Estos malos hábitos en la oficina perfectamente pueden trasladarse a Latinoamérica, a los trabajadores de nuestros países. Estas malas acciones van desde compartir y almacenar credenciales de inicio de sesión hasta enviar documentos de trabajo a cuentas de correo electrónico personales.
Malos hábitos en la oficina
La encuesta ha sido realizada por el proveedor de soluciones de negocios en la nube Intermedia y revela que el 24 por ciento de los empleados de oficina reutilizan las mismas credenciales de inicio de sesión para sus cuentas personales y de trabajo.
Pero más aún, casi 96 de cada 100 personas guarda automáticamente las contraseñas de trabajo en su ordenador, en lugar de ingresar las credenciales de inicio de sesión cada vez que se conecta. Más de la mitad (57%) de los trabajadores de oficina admiten almacenar archivos de trabajo en su escritorio o en carpetas de escritorio.
Además, el 34% dice que almacena datos de trabajo sobre sincronización personal de archivos y servicios compartidos, un aumento significativo del 12 por ciento que reportó hacerlo en 2015. Esto coloca datos valiosos fuera de las prácticas de seguridad de la organización y, por lo tanto, del control de la compañía.
“Si bien los ataques de ransomware generalizados, los problemas de hardware y los desastres naturales son amenazas graves para una organización, la mayor amenaza de seguridad proviene del interior”, dice Jonathan Levine, CTO de Intermedia. “Cuando los empleados no hacen una copia de seguridad de los archivos, optan por usar la misma contraseña en varias cuentas o envían materiales confidenciales a sus cuentas personales, sus empresas quedan expuestas y son vulnerables no solo a la pérdida de datos, sino también a graves implicaciones financieras y legales”.
Acceso no autorizado
También hay una tendencia preocupante hacia el acceso no autorizado. Un tercio (34%) de los trabajadores de oficina informan de que tienen acceso a materiales de trabajo después de abandonar una empresa, en comparación con el 12% en 2015.
En promedio, el 64% del personal de oficina envía un documento de trabajo a su correo electrónico personal semanalmente. Expone así los datos confidenciales a aún más amenazas. Y no solo están compartiendo correos electrónicos o notas. Los materiales enviados incluyen información relacionada con recursos humanos (22%), información de clientes (19%) e información estratégica de la empresa (18%).
“Los empleados quieren hacer lo correcto, pero a veces no saben cómo hacerlo, o las herramientas que les dan para hacerlo suelen ser difíciles de usar”, añade Levine.
“Como nuestro último estudio muestra, las organizaciones deben reconocer que lograr que los empleados cambien su comportamiento no ocurrirá de la noche a la mañana. Las empresas deben ofrecer soluciones que protejan la información confidencial con un impacto mínimo en el flujo de trabajo diario de los empleados”.
Como siempre decimos, lo mejor es mantener herramientas y programas de seguridad y el equipo actualizado. Así podremos hacer frente a hipotéticas amenazas que pongan en riesgo el buen funcionamiento de la empresa.