Desde que el teléfono móvil se ha convertido en una extensión de nosotros mismos, la batería se ha transformado en una de las principales preocupaciones para los usuarios. Por este motivo, las marcas se esfuerzan en fabricar baterías más ligeras y con mayor capacidad, así como en equiparlas con tecnología de carga rápida para reducir el tiempo de carga.
Para acelerar el proceso de carga, algunos investigadores se han centrado en el desarrollo de supercondensadores,
un tipo de dispositivo electroquímico caracterizado por su elevada
densidad energética. Destaca por contar con interesantes cualidades, como la alta eficiencia, ciclos de funcionamiento largos o amplios rangos de temperatura y tensión,
entre otras. Se utilizan principalmente para alimentar sistemas
microelectrónicos, memorias de ordenador, cámaras de precisión, relojes o
coches híbridos.
Gracias a estas características, los supercondensadores se postulan como una alternativa para sustituir a las baterías convencionales,
ya que prometen cargar los smartphones y otros dispositivos
electrónicos en cuestión de segundos o minutos, en lugar de en horas. No
obstante, las tecnologías actuales no suelen ser flexibles y en la
mayoría de los casos su rendimiento se degrada a gran velocidad, motivo
por el que su uso no se ha extendido a los teléfonos móviles.
Ahora, un equipo de científicos de la Universidad Queen Mary de
Londres (Reino Unido) ha encontrado una fórmula para optimizar los
supercondensadores. Para ello, han desarrollado un prototipo de
electrodo de polímero que entrelaza las nanoestructuras de forma similar a las bandas rojas y blancas de un bastón de caramelo.
El resultado alcanza un almacenamiento de energía cercano al límite
teórico, al mismo tiempo que demuestra flexibilidad y resistencia al
ciclo de carga/descarga.
"Esta estructura interpenetrante permite que el material se doble con más facilidad,
además de hincharse y encogerse sin agrietarse, lo que conduce a una
mayor longevidad", explica Stoyan Smoukov, líder del proyecto.
Actualmente,
los investigadores están diseñando y evaluando una gama de materiales
que pueden adaptarse a esta nueva estructura de polímeros
interpenetrantes, y continuarán trabajando para que en un futuro cercano
los supercondensadores se puedan utilizar para cargar el móvil en segundos.