El QoS, o Quality of Service, es una característica que normalmente solemos buscar en los routers que permite dar mayor prioridad al tráfico más importante (por ejemplo, la VoIP, los juegos, el streaming, etc) frente a otro tipo de tráfico (como las descargas) de manera que estas aplicaciones funcionen siempre perfectas incluso cuando estamos haciendo otras actividades en Internet. Aunque normalmente el QoS solemos buscarlo en los routers y demás dispositivos de red que utilizamos, en verdad también podemos encontrar este servicio en Windows 10, encargándose así él mismo de controlar todas las conexiones.
El QoS de Windows 10 es un servicio incluido en el propio sistema operativo encargado de controlar el tráfico para reducir la pérdida de paquetes, la latencia y las variaciones de velocidad y retardo mientras estamos conectados a Internet.
Cualquier usuario de Windows 10 Professional puede crear, editar y eliminar sus propias políticas de QoS, aunque es una tarea algo complicada. Microsoft cuenta con una completa guía donde, si estamos interesados, podemos aprender cómo usar este servicio.
El problema del QoS de Windows 10 es que, en ocasiones, puede no estar funcionando correctamente, y dado que apenas cuenta con documentación o una interfaz sencilla de comprender, suele ser complicado dar con las causas por las que está fallando esta función.
Por ello, a continuación te vamos a explicar qué debemos hacer en caso de que la función de QoS de Windows 10 haya dejado de funcionar para retomar su correcto funcionamiento.
Qué hacer si el QoS de Windows 10 no funciona
La primera de las razones por las que esta característica puede no funcionar correctamente es porque el servicio se haya bloqueado o cerrado, igual que puede ocurrir con cualquier otra característica del sistema operativo. En caso de que ocurra esto, la mejor forma de solucionarlo es directamente reiniciando nuestro ordenador para que, al arrancar, vuelvan a cargar todos los servicios de nuevo, y con ellos, el del QoS.
Si tras esto sigue sin funcionar esta característica, es posible que exista un conflicto de directivas. Debemos comprobar que no exista ninguna directiva de grupo local que pueda estar sobrescribiendo a las directivas de grupo, algo que puede llevarnos algún tiempo, pero que no tiene otra solución. También debemos asegurarnos de que las directivas se apliquen tanto al tráfico de subida como al de bajada.
Por último, un error muy común al crear las normas para el QoS de Windows 10 es confundir KByte con Kbit. El asistente para crear nuevas reglas nos preguntará siempre en KByte, pero cuando hablamos de velocidad de Internet siempre hablamos en Kbit, por lo que la diferencia puede ser de hasta 8 veces.
Con todo esto, el QoS de Windows 10 ya debería funcionar sin problemas y debería estar dando mayor prioridad al tráfico que consideremos que sea más importante. Eso sí, debemos tener en cuenta que, si nuestro router no dispone de un buen QoS, lo más probable es que, salvo que solo usemos red local, el QoS de Windows no sirva para mucho, ya que los paquetes seguirán enviándose sin respetar prioridades a través del router, con los problemas de lag y velocidad que eso supone.