The Panama Deception es una película que ganó
el Oscar como mejor documental en 1992. El filme fue dirigido por
Bárbara Trent, editada por David Kasper y narrada por Elisabeth
Montgomery.
La película es un crítica tanto a la
invasión de Estados Unidos a Panamá, en diciembre de 1989, como también
una crítica a los medios de comunicación de Estados Unidos que cubrieron
este evento y que dejaron a un lado las verdaderas razones que
originaron esta acción militar.
En el transcurso del filme, se considera
que la razón fundamental de la invasión fue la destrucción de las
Fuerzas de Defensa, ya que autoridades de los EE.UU. las consideraban un
obstáculo para poder controlar el país, e instalar en Panamá un estado
cipayo.
En el filme se afirma que esta incursión
militar costó la vida a cerca de 4 mil personas, y muestra la
devastación y destrucción que la misma produjo. Se insiste en todo el
desarrollo de la cinta la complicidad de las grandes redes mediáticas,
por no cubrir la verdad de los hechos.
En el transcurso del filme se entrevista
al General Maxwell Thurman, que dirigió la operación militar; al
presidente Guillermo Endara, que tomó posesión en una base militar
de EE.U.U., en Panamá; Pete Williams, vocero del pentágono; el
representante Charles Rangel, que manifestó su oposición a este hecho;
al diplomático Humberto Brown; y a activistas de Derechos humanos, como
Olga Mejía e Isabel Corro.
El periodista del Washington Post, Hal
Hinson, hizo un minucioso análisis del documental en un artículo
publicado por este periódico el 17 de octubre de 1992, y considera
que, desde el punto de vista político, los datos ofrecidos eran muy
inflamables y que la investigación estaba rigurosamente documentada con
pruebas irrefutables.
Entre los datos ofrecidos por la
película, estaba que, durante la gestión de George Bush como director de
la CIA, Manuel Antonio Noriega (q.e.p.d.) figuraba dentro de su
planilla, y que la administración Reagan ordenó el reingreso de Noriega
en dicha Planilla a pesar de que el director anterior de la mencionada
agencia, Stanfield Turner, de la administración Carter, ordenara el fin
de esta relación económica con el General Noriega.
Noriega fue considerado por los EE.UU. un
aliado fiable en Centroamérica, pero posteriormente, hubo un cambio en
esta posición y decidieron sacarlo de su camino.
Hinson relata que la cifra de muertos
dada por las fuentes oficiales del Gobierno panameño, que ascendió a
220 muertos civiles y 314 militares, estaba muy lejos de ser cierta. Por
testimonios de declarantes presenciales de los hechos, las víctimas
llegaron a varios miles. Los testimonios también sugieren que en la
invasión se utilizaron armas no convencionales, conclusión derivada de
las características de muchos heridos por quemaduras.
Hinson dice textualmente lo siguiente:
«Debido a que la prensa estadounidense fue en gran parte excluida del
conflicto, lo que sucedió realmente durante el conflicto de tres días
permanece envuelto en el misterio. Como resultado, seguir el curso de
los eventos presentados por los cineastas es como comerse una alcachofa:
pelar una capa solo deja al descubierto otra. Según la película,
capturar a Noriega nunca fue uno de los principales objetivos de la
invasión; el principal motivo estadounidense fue la eliminación del
escuadrón de matones militantes de Noriega. Tampoco fue la acción
simplemente un acto de retribución por la muerte de un soldado
estadounidense, quien, según informó Los Angeles Times, era miembro de
un grupo conocido como los Hard Chargers, cuya misión era provocar
ataques contra los estadounidenses, abriendo así la puerta para
represalias».
Hinson termina su relato con lo
siguiente: «Según los hallazgos de Trent, la invasión fue una
configuración elaboradamente diseñada para provocar un incidente
internacional y darle a los Estados Unidos la oportunidad de salir del
Tratado Carter-Torrijos, devolviendo el control del Canal de Panamá a
los panameños para el año 2000; su músculo militar y realizar una prueba
de nuevas tecnologías. En otras palabras, era beligerante,
completamente innecesario y, como concluyeron los integrantes de las
Naciones Unidas, en completa violación del derecho internacional. Y los
cineastas lo acusan, porque Estados Unidos ha incumplido su compromiso
de compensar económicamente a las víctimas civiles, miles siguen sin
hogar y continúan las violaciones a los derechos humanos».
El filme The Panama Deception tuvo una gran repercusión política dentro y fuera de los Estados Unidos como también en Panamá y es un documento histórico de gran valor para las futuras generaciones de panameños que desconocen es capítulo de la historia de Panamá porque no se imparte correctamente en las escuelas y universidades de nuestro país.
El filme The Panama Deception tuvo una gran repercusión política dentro y fuera de los Estados Unidos como también en Panamá y es un documento histórico de gran valor para las futuras generaciones de panameños que desconocen es capítulo de la historia de Panamá porque no se imparte correctamente en las escuelas y universidades de nuestro país.
Este episodio de nuestra historia no ha
sido evaluado científicamente por nuestros historiadores, sumado a que,
al actual bloque de poder que maneja los destinos del país no le
interesa que dicha evaluación se haga por ser precisamente la
beneficiaria de la invasión. The Panama Deception, en gran medida, realiza
esa evaluación aunque desde una perspectiva estadounidense. Falta ahora
la perspectiva panameña.