martes, 18 de enero de 2022

Los nuevos coches, controlados por el Nuevo Orden Mundial

 

A partir de este verano todos los coches nuevos que se vendan en la UE contarán por ley con una "caja negra" accesible para las autoridades que registra los datos de conducción.

Por otra parte, en EEUU hay un proyecto de ley que proporcionaría al gobierno de EE.UU. un acceso a un "interruptor de apagado" en todos los coches nuevos

La ley "impediría o limitaría el funcionamiento de los vehículos de motor" y daría acceso a las fuerzas del orden.

Una ley que se incluyó discretamente en el proyecto de ley de infraestructuras firmado por Biden daría al gobierno de EE.UU. acceso a un "interruptor de apagado" vinculado a las fuerzas del orden en todos los vehículos nuevos a partir de 2026.

Según una sección del proyecto de ley que habla de la "tecnología para la conducción en estado de embriaguez" (Ésta es la excusa), el nuevo sistema "supervisaría de forma pasiva el rendimiento de un vehículo de motor para identificar con precisión si ese conductor puede estar en estado de embriaguez".

Si se detecta un nivel de alcohol en sangre superior al límite, el sistema "impediría o limitaría el funcionamiento del vehículo de motor".

En otras palabras, un interruptor de apagado.

"Quizá lo peor del interruptor de apagado es que tendría una puerta trasera, que permitiría el acceso a la policía y a otras fuerzas del orden", escribe Ken Macon. "Se especula con que no se necesitaría una orden judicial para acceder al kill switch. El otro problema de las puertas traseras es que son accesibles a los hackers".

La definición de "impedimento del conductor" también podría aplicarse en un sentido más vago, abriendo la puerta a todo tipo de abusos.

No es inconcebible que, en el futuro, este tipo de esquemas puedan vincularse a programas de puntuación de crédito social al estilo chino, que castigan a las personas que expresan las opiniones "equivocadas" limitando su acceso a su propio vehículo.

La probabilidad de que esto ocurra se acentuaría si el transporte avanza hacia un sistema de alquiler comunitario de vehículos, en el que haya que cumplir una determinada calificación personal antes de que un cliente pueda utilizar esos servicios.