jueves, 23 de febrero de 2017

Cómo engañar al cerebro para ver 6 'supercolores' imaginarios

Al mirar fijamente durante un minuto estos colores brillantes y luego pasar la mirada rápidamente a sus colores 'opuestos', se pueden apreciar durante un instante colores que, en realidad, no existen.

En la percepción de los colores entra en juego un mecanismo muy sofisticado que depende de varios factores físicos, psicológicos y fisiológicos. En relación a estos últimos, nuestros ojos convierten la luz en colores gracias a los fotorreceptores, las neuronas fotosensibles localizadas en la retina.

El cerebro obtiene la información de los colores gracias a fotorreceptores llamados conos que se dividen en tres tipos, según las longitudes de ondas de luz a las que son sensibles: aquellos que perciben los colores del espectro azul, verde y rojo. Toda la gama restante de colores que vemos, el cerebro los elabora 'combinando' la información sobre estos tres colores primarios.

Mezcla aditiva de colores primarios
 
El color amarillo lo componen los conos sensibles a la estimulación por ondas de luz cuyas longitudes se corresponden al rojo y al verde, mientras que el azul está ausente. En el color magenta están presentes el rojo y el azul, estando ausente el verde. Finalmente, el verde y el azul resultan en el color cian. Al 'mezclar' los tres colores primarios resultan matices del gris, desde el blanco hasta el negro dependiendo de la saturación.

Pero los conos, esencialmente, son parte de cerebro 'expuesto', y como pasa a menudo con el cerebro, se los puede engañar. Así, al mirar fijamente durante un minuto un color brillante y luego pasar rápidamente la vista a un color 'opuesto' se pueden ver durante un instante colores sobresaturados que, en realidad, no existen, explica Gizmodo.

Esto ocurre porque al 'saturar' la mirada con un color y pasarlo rápidamente al color opuesto, hacemos que los conos calibren información nueva, mientras sigue transmitiendo al cerebro la información anterior, viendo, en resultado, colores imaginarios. Este efecto se debe a dos factores:

  • Si fijamos la mirada durante mucho tiempo en el mismo color, algo que normalmente no ocurre, porque los ojos están en constante movimiento, en algún momento el cerebro 'se satura' y deja de prestarle atención.
  • Al desaparecer la fuente de las ondas de luz que corresponden a ciertos colores, los conos continúan transmitiendo señales de estos mismos colores durante unos milisegundos.
  1. Del verde al magenta → 'supermagenta';
  2. Del amarillo al azul → 'superazul';
  3. Del magenta al verde → 'superverde';
  4. Del cian al rojo → 'superrojo';
  5. Del azul al amarillo → 'superamarillo;
  6. Del rojo al cian → 'supercian'.

Estas son las combinaciones de colores con las que se puede 'engañar' al cerebro y ver por un instante colores de mayor intensidad.