Si bien Microsoft lanzó un parche de seguridad en marzo que en equipos como Windows 7 o Windows 10 solventaba la vulnerabilidad usada por WannaCry para infectar, se reporta que el 98% de los ordenadores infectados por este ransomware contaban con una versión de Windows 7 instalada. Así lo sostiene Kaspersky en un reciente informe donde señala que la inmensa mayoría de los equipos infectados corrían Windows 7, en concreto su versión de 64 bits.
¿A qué se debe entonces que la mayoría de los infectados sean sistemas con Windows 7? Si bien con el parche de seguridad de marzo se debería estar totalmente protegido ante este tipo de amenazas, cabe aclarar que no todo el mundo tiene las actualizaciones de Windows activadas, en muchos casos por considerarlas molestas y que entorpecen la eficiencia del ordenador. También hay que tener en cuenta el alto nivel de piratería en sistemas Windows 7 que existe, con lo que muchos equipos infectados no tienen parches de seguridad habilitados.
Otra razón aún más evidente es que, si bien se puede contar con una licencia genuina de Windows 7 en el ordenador, no es así en otros programas dependientes, con lo que los usuarios tienden a desactivar las actualizaciones generales de Windows para que no les bloqueen otros programas. Sea como fuere es bastante lógico que la mayoría de equipos infectados sean con Windows 7 dado que es el sistema operativo más extendido con cerca de un 50% de cuota.