martes, 3 de octubre de 2017

Roban 1,2 millones a Amazon y la compañía ni se entera


Erin Finan y Leah Finan son los dos protagonistas de esta rocanrolesca historia en la que hay robo, engaño, lavado de dinero, autoridades ficales y comercio online, en concreto a través de Amazon. Ambos, de origen estadounidenses, se las ingeniaron para engañar a Amazon y robar 1,2 millones de dólares sin levantar sospechas de la compañía.

Probablemente se trata del mayor robo al comercio online de la historia, aunque el operativo necesario para llevarlo a cabo fue tan grande que llamó la atención de las autoridades, aunque no de Amazon, principal afectado. Su modus operandi es tan rebuscado que al parecer nadie en el gigante de la distribución pensó que se tratase de un fraude.

Comprar, pedir la devolución y jamás enviar el producto de vuelta


La estrategia de los Finan para engañar a Amazon reside en la calidad de su política de devoluciones. Si alguna vez has cambiado un producto en Amazon, sabrás que es tremendamente generosa. Prácticamente siempre que envías un producto de vuelta por defectuoso acabas obteniendo el reembolso o un nuevo producto.

Esta pareja se dio cuenta de ello, yendo aún más allá: Amazon suele enviar el nuevo producto antes de comprobar que el defectuoso ha llegado a su almacén. Al parecer les sale más barato hacerlo así que investigar si dicho artículo está realmente en mal estado y esclarecer, en caso afirmativo, quién es el culpable.

Con Hacienda hemos topado


Por suerte para Amazon, hay una institución más antigua que el comercio online especializada en detectar y perseguir fraude: la autoridad fiscal. Con la ayuda de la Policía, el servicio de impuestos de Estados Unidos -AKA Hacienda- detectó que los Finan y Glumac estaban lavando cantidades importantes de dinero, y ellos no dudaron en actuar.

Realmente tuvieron que investigar poco. No tardaron demasiado en darse cuenta de que todas esas personas que compraban online eran en realidad sólo dos, y que esos productos acabaron generando unos ingresos no declarados al fisco.

El resultado es que todos ellos han sido condenados a indemnizar a Amazon por el valor de los productos robados, además de a pagar 500.000$ de multa y enfrentarse a un proceso penal que puede costarles 20 años de carcel. A veces robar no sale gratis, por suerte.