La mayoría de los terroristas, sin darse cuenta, proporcionan pistas que revelan sus intenciones de atacar.
Hasta siete posibles ataques terroristas en el Reino Unido se han
evitado en el último año con la ayuda de una unidad especializada del
servicio de inteligencia británico (MI5), informa el periódico 'The Times'.
La
Unidad de Ciencias del Comportamiento del MI5 (BSU, por sus siglas en
inglés), formada por criminólogos, psicólogos y otros expertos, se puso
en marcha en 2004 para analizar los comportamientos sospechosos y
determinar si se está a punto de cometer un atentado. Las personas
entran en el programa de vigilancia por los datos que figuran en la red
de la agencia de inteligencia y los que están disponibles al público.
Posteriormente,
los expertos buscan señales de actividad inusuales, como un creciente
sentimiento de agravio o el interés por adquirir habilidades y tácticas
con el fin de llevar a cabo ataques. La investigación realizada por la
BSU muestra que "más del 60% de los llamados 'lobos solitarios', sin
saberlo, pueden proporcionar pistas que revelan la preparación del
atentado", explica Neil, un portavoz que lleva seis años trabajando en
la unidad. La tarea de la BSU es recoger indicios de un comportamiento
cambiante, según la agencia.
Por ejemplo, Roshonara Choudhry,
seguidora de Al Qaeda, mostró claros signos de cambio en su vida antes
de apuñalar a Stephen Timms en 2010. Choudhry dejó la universidad y
vació sus cuentas bancarias antes de llevar a cabo el atentado.
La unidad dedicada a 'leer la mente' de los presuntos terroristas ha
crecido desde el asesinato del soldado británico Lee Rigby en 2013 a
manos de Michael Adebolajo y Michael Adebowale, dos musulmanes conversos
que mostraron signos sutiles de radicalización antes del atentado.
La
BSU y otros servicios de seguridad están observando a cientos de
presuntos yihadistas británicos, entre ellos 400 que han regresado al
Reino Unido después de viajar a Siria.