Este lunes 9 de enero falleció en Leeds (Reino Unido) el sociólogo polaco Zygmunt Bauman. Había nacido el 19 de noviembre de 1925 en la ciudad de Poznan. Tenía 91 años.
De joven tuvo que escapar de su Polonia natal ante los avances del Ejército alemán de Adolf Hitler. Se refugió en la Unión Soviética para luego regresar a Polonia al finales de la Segunda Guerra Mundial, en la cual combatió para los aliados en las batallas de Kolberg y Berlín.
En 1968 debió exiliarse de su país tras ser expulsado del Partido Comunista. Tras pasar algunos años enseñando en Israel, EE.UU. y Canadá, se estableció definitivamente en el Reino Unido.
Las redes sociales como "zona de confort"
Exactamente un año antes de morir, el 9 de enero de 2016, Bauman brindó una entrevista al diario español 'El País' donde, aun su avanzada edad, brindó un análisis profundo de la sociedad actual. A partir del análisis del movimiento de los indignados, el periodista Ricardo De Querol le preguntó por el rol de las redes sociales en las nuevas formas de protesta. Además le consultó sobre si tienen un carácter "revolucionario" o si, por el contrario, son el nuevo "opio de los pueblos".Bauman no dudó en asegurar que las redes sociales esconden "una trampa". "La cuestión de la identidad ha sido transformada de algo que viene dado a una tarea" donde "tienes que crear tu propia comunidad", explicó. Pero desde su perspectiva "no se crea una comunidad, la tienes o no", mientras que "lo que las redes sociales pueden crear es un sustituto".
El reconocido sociólogo describió el hecho de que en Facebook, Twitter o cualquier plataforma similar "puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionas". Si bien eso puede hacer sentir "un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización", lo que termina sucediendo es que te relacionas sin necesidad de poseer "habilidades sociales". A su juicio, estas solo se pueden desarrollar "cuando estás en la calle, o vas a tu centro de trabajo y te encuentras con gente con la que tienes que tener una interacción razonable".
"Las redes sociales no enseñan a dialogar porque es muy fácil evitar la controversia", analizó Bauman. De esta forma, muchas personas las utilizan "para encerrarse" en "zonas de confort, donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara".
"Las redes son muy útiles, dan servicios muy placenteros, pero son una trampa", concluyó.
En otra entrevista, Bauman profundizó esta mirada y afirmó que "las redes sociales son el terreno de una forma de vigilancia voluntaria, hecha en casa, preferible a las agencias especializadas en las que operan profesionales del espionaje".