Los smartwatches se han convertido en un complemento tecnológico, un reloj multifuncionalidad para sustituir a la tradicional consulta de la hora. Sin embargo, todo parece indicar que este dispositivo está teniendo un crecimiento muy pobre en el mercado, mientras que, a la par, las pulseras de seguimiento les están copando terreno y podrían llegar a aniquilarlos en el sector.
Los usuarios buscan útiles cada vez más prácticos que les mantengan conectados, pero en el caso de los smartwatch se observa que los usos primordiales son principalmente dos: recibir notificaciones de mensajes y seguimiento de actividad deportiva. Así lo ha señalado el último informe publicado por la consultora NDP.
La principales marcas se han posicionado en este juego. Por un lado, Android Wear integrado en los relojes de Motorola, Huawei, Asus LG y Sony. Por otro lado, las dos grandes firmas tecnológicas que copan gran parte del mercado: Apple y Samsung. Asimismo, recientemente se les ha unido Fitbit, que acostumbrado a sacar wearables de fitness, ha decidido competir en el mercado de los smartwatches.
En el caso de las lectura de las notificaciones, el smartwatch te permite dejar el teléfono en el mesa del trabajo o en el bolsillo sin tener que sacarlo. A modo de consulta, el usuario puede discernir sobre el apremio que corre contestar a los mensaje, o no. Por lo que sirve de filtro para no estar rodeado de un círculo de personas con el móvil en la mano, no sea que te consideren un maleducado.
Sin embargo, los «smartwatches» no han tenido la aceptación que las grandes firmas tecnológicas esperaban. Y todo se debe, principalmente, al «tamaño de la pantalla, si bien tiene un tamaño de pantalla con el no te vas a poner a escribir un mensaje de texto», explica a este diario Carlos Vizoso, jefe de proyectos en Gennion Solutions. Asimismo, no es lo mismo usar un móvil que un smartphone, no tienen las mismas funcionalidades, «un hardware de un reloj es muy mínimo en comparación con el smartphone», añade.
No es el único inconveniente que se puede encontrar para dar respuesta al bajo cupo de mercado, los smartwatch tienen también un problema con la durabilidad de la batería. «Si te pones a jugar a los Comecocos, te comes la batería del reloj. Estos relojes tienen la batería muy limitada y mucha gente se queja que no llegan al día».
Otro de los problemas que las marcas no han sabido adaptar a las demandas de los consumidores y que son funciones poco usadas por los portadores de los smartwatch son: el GPS, el control de música o el control de automatizado. En lo referente al GPS, aunque ocurre en las otras dos funciones, se requiere de una aplicación que lo implemente para enviar notificaciones al reloj de alguna manera.
Por otro lado, la supervivencia del smartwatch está en entredicho viene de la mano de los desarrolladores, entre otros: Apple, Samsung, Android Wear, Fitbit, Xiaomi. Cada una de las plataformas tiene «un software diferente y los desarrolladores tienen que realizar para cada una de ellos». «Por ejemplo, Twitter seguramente tiene todas las funcionalidades tanto para Android Wear como para el smartwatch de Apple, pero seguramente no tenga para Fitbit, porque Fitbit no es Open Source y se utiliza solamente para deporte», argumenta este experto.
Pulseras de seguimiento: gran rival
A pesar de los pronósticos del Apple Watch, la firma que dirige Tim Cook es la más vendida en la categoría de smartwatch. La mitad de los consumidores que tiene una pulsera inteligencia lleva el símbolo de la manzana de Steve Jobs. La firma IDC augura que, a pesar de que las ventas de Apple se van a ver reducidas en este dispositivo, va a seguir acaparando la mitad del sector hasta al menos finales de 2017.
Unos datos que también quedan refrendados por otro estudio, de la firma Canalys, que recoge que el mercado de las bandas de monitorización creció un 8% en el segundo trimestre de este año y, sorprendentemente, la marca que más negocio hizo no fue ni Apple ni Fitbit, sino Xiaomi, con su Mi Band, que por su bajo precio (por debajo de los 20 Martinellis) se ha beneficiado de ese interés.
En total, la firma china vendió 3.5 millones de unidades, seguido de Fitbit (con 3.3 millones de unidades, pero una baja del 34%). Todo ello ha provocado que Apple, que solo fabrica «smartwatches», cayera al tercer lugar de este mercado al colocar 2.7 milones de unidades en este periodo. Las previsiones apuntan a que el mercado del «smartwatch» recibirá un impulso en la segunda mitad del año hasta los 12 millones de unidades a finales de año, siendo Apple, con su próximo Apple Watch previsto para septiembre, el principal beneficiado.
Usos principales
Sin embargo, ante los principales usos del reloj inteligente, las pulseras de seguimiento se han convertido en la opción más demanda. Según los datos de Kantar Worldpanel, un 65% de los consumidores tienen una pulsera de seguimiento frente al 35% que posee un «smartwatch». Ante una respuesta más barata que suple uno de los principales usos, se podría decir que si el smartwatch no «da alguna funcionalidad mayor y que verdaderamente el usuario vaya a utilizar y aprovechar», analiza Vizoso, «se dejará de hacer el smartwatch», con alguna excepción puntual que se dedique al público de lujo.Además, algunas pulseras de seguimiento como Xiaomi Mi Band 2 o Fitbit «incluyen las dos funcionalidad por las que al fin y al cabo la gente utiliza el smartwatch a un precio competitivo», puesto que los precios medios de un smartphone oscilan entre los 200 y 300 euros. Por otro lado, «la gente no busca un wearable, exceptuando gente con un perfil de runner», para lo que adquieren «un Garmin, un smartwatch destinado al running», indica Vizoso. Sin embargo, el consumidor no va a comprarse un Apple Watch si no tiene un iPhone, porque no le es útil por sí solo. El próximo modelo, según los rumores, incorporará una tecnología LTE que le permitirá ser algo más independiente del dispositivo matriz al que se conecta.
Vizoso argumenta que los usuarios se preguntan: «Por qué me voy a comprar un Android Wear?», a lo que pueden observar que Huawei cuesta alrededor de 200 euros, precios similar al de Samsung. Por lo que, «para el rendimiento que le van a sacar se van a la Xiaomi Mi Band que cuesta 15 euros, se sincroniza con el teléfono ya sea Android o iOS y te dan varias funcionalidades como notificaciones,», aunque no las puedas leer. Para lo que también hay otras solución que sí te dan esa información como Razer Nabu. ¿Le queda vida al «smartwatch» o ha visto un fugaz éxito?